Revista Time: Estudiantes replantean la idea de seguir con sus estudios debido a la pandemia
La portada de la edición de abril de la Revista Time es dedicada al ‘año perdido‘ que significó para innumerables estudiantes la pandemia de covid-19.
La publicación retrató el caso de Twyla Joseph, la mujer afroamericana que ilustra su portada, una joven que tuvo dificultades para ingresar al colegio cuando comenzó la pandemia en Estados Unidos.
No tuvo examen de admisión, apenas conoce a sus maestros y compañeros -debido a las clases en línea-, en consecuencia perdió sus clases deportivas, como el atletismo.
Debido a la pandemia, Twyla Joseph también perdió por casi seis meses su empleo de medio tiempo con el que pagaba sus estudios, el cual logró recuperar recientemente lidiando con los clientes que se niegan a acatar las medidas sanitarias.
Ahora, su preocupación es la universidad. Le preocupa no tener dinero para pagarla, sobre todo no sabe si valdrá la pena hacerlo cuando las clases aún serán en línea. Por ello, está meditando dejar los estudios por un año -quizás dos- en lo que regresa la normalidad, si es que regresa.
Twyla Joseph no es la única que se está replanteando seguir con sus estudios.
Datos duros sobre la pandemia y la escuela
Estimaciones del gobierno de Estados Unidos señalan que hasta 10 millones de estudiantes cancelaron sus estudios por la pandemia de covid-19. Además, los graduados de escuelas de nivel medio superior disminuyeron un 6.8%, según el Centro Nacional de Investigación del Centro de Información para Estudiantes.
La disminución fue más marcada en las escuelas secundarias en zonas de alta pobreza, donde el número de graduados que se inscribieron en la universidad cayó un 11.4%.
La caída se siente más en los colegios comunitarios, que educan a más de un tercio de los estudiantes universitarios de Estados Unidos y que sirven como punto de entrada a la educación superior para muchos estudiantes de bajos ingresos.
En el segundo semestre de 2020, la inscripción de estudiantes de primer año en todas las universidades se desplomó un récord del 13% con respecto al año anterior. En las universidades comunitarias la caída fue del 21%, con disminuciones concentradas entre los estudiantes nativos americanos, negros e hispanos.
Datos de Common App, que utilizan como fuente a más de 900 universidades, el número de solicitantes de primera generación disminuyó en 2020.
Claramente en México no ha sido diferente. Por motivos asociados al covid-19 o por falta de recursos, 5.2 millones de estudiantes no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Incluso, alrededor de 738.4 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020 y más de la mitad reconoció que fue por un motivo relacionado a la covid-19.
El 29% de los estudiantes que no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020 lo hizo porque perdió contacto con maestros o no pudo hacer tareas, el 22% porque alguien de la vivienda se quedó sin trabajo o le bajaron ingresos y 20% porque la escuela cerró en definitiva.
El Inegi destaca entre los motivos de la deserción escolar: el nulo aprendizaje de las clases en línea, el desempleo de los padres o tutores de los estudiantes, así como la carencia de computadora u otros dispositivos, además de conexión de internet para las clases a distancia.
Entre las principales desventajas que las personas reconocen de las clases a distancia está: que no se aprende o se aprende menos que de manera presencial; falta de seguimiento al aprendizaje de los alumnos; y la falta de capacidad técnica o habilidad pedagógica de padres o tutores para transmitir los conocimientos.
Para todos los grupos de edad, más de la mitad de los estudiantes tiene mucha disponibilidad para asistir a clases presenciales una vez que el gobierno lo permita.
Sin embargo, la posibilidad de regresar a clases presenciales aún no se ve cercana, esto aunque el único requisito del gobierno federal para hacerlo sea que el estado en cuestión esté en color verde del Semáforo Epidemiológico.
